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Farré y su aporte de siempre: la garra.
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No fue lo que esperaban de una noche de viernes santo en el Pirata. Pero como también este fin de semana es de reflexión tal vez el empate 1-1 de anoche ante Arsenal sirva también para eso. Claro que el equipo de Ricardo Zielinski siguió su manual de siempre y por momentos dominó a un equipo tan “relojito” como el de Alberdi. Que sabe sus limitaciones y explota al máximo cada centímetro que se le da.
“Es un partido fino. No hay que equivocarse. Porque ahí estará la diferencia”, decían todos los protagonistas durante la semana y fue realmente lo que se vio en la cancha. Dos equipos estudiados hasta el hartazgo que se sacaron ventajas (léase los goles) con lo que el rival preveía: pelotas paradas. Un cabezazo, otro cabezazo.
Está claro, también, que esta unidad no es ningún drama para un Belgrano más que acomodado con los puntos que tiene en el campeonato. Que lo han puesto de cara a las Copas y ya dejando atrás el fantasma del descenso.
Pero quizá estos días de reflexión también le sirvan al Pirata para repensar el empate de anoche. Recordando las cosas que no debe olvidar. “Nos empezamos a parecer al Belgrano que nosotros queremos. Al que está siempre atento y compacto”, decía el propio Olave en la previa de Arsenal.
Y, anoche en el Gigante, hasta los que nunca fallan, como precisamente es el Juanca, salió muy lejos en el centro del empate. También hubo desatenciones en las marcas. Algo que generalmente nunca falla en el Pirata. Que es raro ver. Demasiado inusual para un conjunto que comete poquísimos errores y jamás evidencia sus falencias. Que las tiene, como todos.
Igualmente, Zielinski sabe encontrar siempre cual es la tuerca que está floja y en eso laburará, después de mirar el video del encuentro ante los de Sarandí. El empate frente a Arsenal es apenas eso. Una parada para Belgrano. Para mirar hacia atrás y adelante y darse cuenta que la única manera de seguir ganando es nunca olvidarse de dónde viene.
No te parés, Belgrano. Y justo ahora. Dale, seguí caminando. Sumando de a uno. También de a tres. Con esa prestancia que te llevó a estar codeándote con los mejores del fútbol nacional. Esa será la consigna del equipo de Alberdi en los próximos días. Cuando pase esta parada. Lo primordial para los del Ruso es que sea apenas eso: un freno momentáneo para seguir con más fuerza que nunca.
