“Hablar de Belgrano, es Sentir que el
Corazón Vibra sobre los Tablones del Alma”
Es domingo, domingo a la tarde.
Una de las tantas tardes teñidas de nostalgia en el recuerdo de alguien que era
la primera vez que pisaba el templo del fútbol de Córdoba, que registra
domicilio en Alberdi. Apenas ingresa se encuentra de frente con la tribuna que
estremece el estadio. “Así es siempre”, le advierten sus amigos acostumbrados a
tomar nota de cuanto pasaba en ese escenario de cemento. “Ya llega, siempre lo
hace cuando está por empezar el partido”. Y se queda allí y empieza a saltar
llevado por el ritmo de la barra. Entra “el personaje”, enfundando en una
chomba roja (después comprobaría que siempre la usaba por cábala) y un pucho en
la mano, trepa los escalones, lo ayudan a subirse al para avalancha y los
gritos se triplican. Es Carlos “el
Turco” JurinNan. El jefe de Los
Piratas. “Tenés que ser de Belgrano, sentimiento y huevo, para gritar tres
horas sin parar”, le apuntan. ¿Fanáticos, dementes, desadaptados? El apasionado
futbolero Eduardo Galeano, poeta uruguayo, trató de entenderlos: “El fanático
es el hincha en el manicomio. En estado de epilepsia mira el partido, pero no
lo ve. Lo suyo es la tribuna. Ahí está su campo de batalla”. ... “Gracias
Belgrano querido, gracias por las emociones y todas las sensaciones que nos
hiciste pasar…” (Cantan al ritmo de la marcha Peronista). Las palpitaciones se
tornan en latidos. “Con un abrazo futbolero”. Semanas más tarde, el recordado Tito Cuellar a quien conocía de EPEC,
porque ambos trabajaban allí, le compartió “la crónica del vértigo”. Le cuenta
que un jugador visitante , muy joven: “Mientras se ataba los botines, sintió
que todo se movía. El Tito se acercó a decirle: ‘no sos vos, pibe, es la
cancha’. Jugar aquí significa sobreponerse a un estadio a punto de venirse
abajo por méritos pasionales”.
Todo contradice la teoría de Borges sobre el fútbol como “ficción mediática”.
No, maestro. No es una patraña de locutores, cámaras y micrófonos, sino un
frenesí que no tiene explicación. Sale Belgrano, delirio. Dale la B, dale la B,
dale B. Se burlan de “los putos de Taieres” . Llegan al éxtasis con un golazo
con el sello inconfundible de la Pepa
Reinaldi. También celebran un caño del gran capitán Miguel Ángel Laciar. “Yo tengo fe que vamos a ganar, que vamo a dar
la vuelta , que vamo a dar la vuelta de la mano de Laciar “.(esta vez con
compás Radical, para balancear) . Los Piratas cantan, aplauden a la Garza Tocalli que saca una pelota
envenenada que se le colaba en un ángulo. El sudor del Gringo Coletti y la firmeza en la defensa del Perro Pavón. Ya no están la Milonguita
Heredia ni el Cuchi Cos, el talento los había llevado al mismísimo
Barcelona de Messi. Tampoco la zurda goleadora del Bocadito Quiroga, campeón con el Huracán de Menotti. “Esta lluvia
de mierda no quiere parar, es taieres que no para de llorar...” No importa si
perdés, alientan… en las buenas y en las malas. El Tony Syeiguil parece un gladiador en la mitad de la cancha. El Colorado Suárez juega sus últimos
minutos antes de irse a Boca. Lupo, El
Pata e Fierro la revolea.
Cae la noche y Los Piratas se desparraman por la ciudad caminan con sus
cánticos ya en estado de afonía. : “Esos tipos, todos esos tipos se fundieron
en el molde de una única y común manera de sentir y de exteriorizar lo que
sienten.”Si hasta por eso, vivir en Belgrano, ser de Belgrano es un estilo, una
singularidad exclusiva, una identidad inconfundible, una herencia de sangre,
una manera de querer que no está registrada en ninguno de los recetarios del
sentimiento” Si no me creen, lean la crónica del “Diario Celestial”, se enterarán de los picados que juegan
todos los días los hnos Lazcano, Justo
Aníbal Coria, Oscar la "Mona" Peralta, Francisco "Paco"
García, Héctor la "Cartuchera" Carrizo , Dardo Lucero y la Chacha
Villagra, mientras El Potro, a capela, da rienda suelta a su Soy
Cordobés…si querés te llevo para Alberdi dónde están los Celestes… mi Pirata
Cordobés.
Si no me creen pregúntenle, al Mingo
Ceballe, a Chupete Guerini, a Palito Mamelli, al Tato Martelloto, a Villita, para dar testimonio. Si no me creen
pregúntele a Los Héroes del Ascenso, “del 91 “:Sodero, Monserrat, Sosa, Spalllina, Víctor Heredia, la Chacha, el Negro Nieto, el Pisa
Flores, entre otros. A los “del 98”: El Diente Ragg, el Luifa,
Gigli, el Chiche, Carnero, Zacanti, el Loco Testa, el Negro Avalos, Manrique, el Leo
Torres y unos cuantos más. Los “del
2006”: Montoya, el Gringo Bollatti, Campodónico, Paolo
Frangipane, Turus, Germán Noce, Peppino, Arriola, Manzanelli o lo que es lo
mismo, hablen con los “Davies que
vencieron al Goliat Monumental” : Olave,
el Chiqui Pérez, Ribair, Farré,
el Mudo, el Picante, Turus, Lollo, el
Indio, Maldonado, Tavio. Si no me creen pregúntenle a Arturo Orgáz y a Ignacio
Escutti, seguro que desde el Cielo le responden. Dos dirigentes de
sentimientos insobornables que ya no se fabrican porque eran irrompibles como
el Falcon. Bien vale decir que hubo otros de irreprochable gestión, como el ex Juez Idiarte. Pero estos dos íconos
son la mejor síntesis histórica de la dirigencia que condujo el club. El Gran Armando es de este tiempo. A él le
tocó la más fea. Apagar el incendio, reconstruir el club, pero también tolerar
la crítica mal intencionada, que apostaba a su fracaso, de los que dan
vergüenza. Pérez es Pirata, empresario pero también
visionario, tiene calle, un proyecto colectivo. Su energía contagia y dan ganas
de seguir, de vivir…a lo Belgrano. Y este rincón quedó chico. Aunque ya sabemos
que no hay lugar en el mundo para contener el sentimiento, la magia y la
leyenda que te envuelve Belgrano. El Celeste es como esos guerreros
mitológicos, invencibles en el tiempo y en las circunstancias. Hablar del Prócer es Sentir que el Corazón
Vibra sobre los Tablones del Alma. No, no se confundan viajar en el tiempo
no es vivir de recuerdos, al contrario, es alimentar el fuego que no se
extingue y no se apagará jamás. Belgrano es del pueblo, es el pueblo. Nació de
sus propias convicciones e ideales, tanto, que hasta en “los tiempos históricos
somos diferentes a casi todos”. Algunos se codearon con la fiesta, gracias a la
dictadura. Nosotros, en esa época, soportamos la peor malaria. Después ganamos, dónde se deben ganar los
partidos y los ascensos: En una cancha de fútbol.
Textos e idea: Diego Carreras Blanco
Diseño y compaginación: Luciano Bustos
Nota del Autor: Todos los apuntes históricos fueron brindados por mi padre,
es él “Ese alguien que por primera vez pisa…”. A no dudarlo, quedaron sin
mencionar muchos ilustres dirigentes, jugadores e hinchas. La memoria y la
mezquindad del espacio, no nos permitió grabarlos en letras de molde. Pero no
hace falta, sus nombres tiñen de Celeste esta página.
Por último, un agradecimiento especial, muy especial a Luciano Bustos, un profesional del diseño y la creación.
Tremenda nota, conoci a todos los jugadores de Belrano del 66 para aca, pero solo voy decir que Juri Nan no fue el jefe de Los Piratas, era un hincha como cualquiera de nosotros, dejaba su peugot blanco estacionado a varias cuadras y se transformaba, en el hincha Nº 1, se paraba de espalda a la cancha en paraavalancha, que se pusieron en el 68 despues del partido con river y no paraba de alentar. Yo creo que si hay que hacer un monumento al hincha de Belgrano con lo que esto significa es a el al "Turco" Juri, ya no esta, quedo grabado en la cena de los 100 años en el Orfeo cuando lloraba cantando por Belgrano.