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Aquino: Quizá este equipo no juega muy lindo pero moja la camiseta

Día a Día | 05/11/2012


El punta tiene tatuado el nombre de sus hijas en ambos antebrazos.
El punta tiene tatuado el nombre de sus hijas en ambos antebrazos.
“Tomo un poco de aire”, cuenta Víctor Aquino mientras mira las montañas. Enfoca la más alta de todas, quisiera llegar a la cima y ver, junto con Belgrano, el mundo desde ahí. Pero sabe que para subir, primero se debe pisar firme. Aunque claro, el hombre sólo avanza si sueña. Y cree. El delantero, 26 años, 1,87 metro, es de los que creen. Un creyente goleador dispuesto a cerrar los ojos, juntar las manos y rezar. Por su familia, por Belgrano, por él. “Ahora mismo llevo puesta una remera blanca con la imagen de la Virgen de Guadalupe, imaginate si creo. Para mí, Dios es muy importante, después de mi familia le sigue. Soy de hablar mucho con Dios, cada uno lo hace a su manera”, le cuenta a Día a Día Aquino, el autor del primer gol Pirata ante Atlético Rafaela, en el triunfo 3-1 del viernes.

No es un año más para él. Se incorporó a Belgrano esta temporada. Venía de jugar 36 partidos en Newell’s y marcar cuatro goles. Pero necesitaba ser aquel delantero que se ganó el derecho de jugar en el fútbol europeo. “Venía a buscar esto: poder demostrar para qué vine a la Argentina. Quiero recuperar el nivel que me llevó a Europa o Chile y para eso necesitás estar tranquilo y bien de la cabeza”, explica el paraguayo nacido en Asunción.

Y el tipo parece haber encontrado el camino. Con la camiseta celeste debutó ante River, en la primera fecha, aunque jugó sólo 10 minutos porque un desgarro lo mandó al exilio futbolístico. Después, le tocó esperar y sumó minutos entrando desde el banco hasta que llegó Boca. Allí metió un gol a lo Belgrano. Se llevó a todos puestos. Pero también jugó e hizo jugar. Y los otros días abrió el camino. “El gol llega cuando peor estábamos jugando, y por suerte, sirvió para cambiar las cosas”, comenta. Ya habrá tiempo para hablar de fútbol. Porque es el propio Aquino quién elige hacia dónde ir.

–No fue fácil para vos: llegar, lesionarte, esperar..
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–No, en el momento que me lesioné putié un poco. Pero después me tranquilicé. Y es clave el apoyo de toda la familia para no aflojar. Y de Dios, claro. Cuando me pongo a rezar le pido por todos. Pero también está en uno mismo sacrificarse, soy un tipo calmo, que la lucha. Obvio, el gol me pone contento pero esto sigue.
Cuando Víctor pronuncia la palabra “familia” la dice más lento. Como buscando un lugar privilegiado para resaltarla. “Mi señora (Aida) se porta muy bien. Detrás de cada jugador de fútbol, hay una gran mujer. Es así, eh”, dice entre risas y agrega: “Ella siempre me apoyó. Cuando no teníamos hijos y ahora también. Es importante para un futbolista tener a alguien así al lado. Nosotros nos vamos de pretemporada 15 días, viajamos y ella está firme. Por ahí no son las mismas necedades, o no puedo salir a bailar y ella me ayuda”, dice el hombre que lleva en su carrera 154 partidos y 46 goles.

Dos faros. Aquino es –ante que futbolista– un padre joven. Que ha buscado como la mayoría de los hombres Que vivió la vida. Y ahora anda en un barco pirata mirando hacia adelante. Siempre guiado por sus dos faros, sus dos hijas. “Aida Belén cumplió tres años el jueves, el día antes del partido. Y después está Aylén Guadalupe, de cuatro meses. Juego mucho con ellas. Y sí, desde que nacieron hubo un cambio muy grande en mi vida”, confiesa y ese tipo macizo, con cara de malo, pasa sin escalas a ser pura baba.

Y si se trata de navegar, Aquino enumera los faros que tiene Belgrano para no marearse en medio del mar. De un campeonato que lo tiene como protagonista. “En el equipo hay jugadores grandes, con experiencia. Tenemos cierta trayectoria y sabemos dónde estamos parados. Somos conscientes que cuando perdimos ante All Boys no éramos los peores ni ahora los mejores, tomamos cada partido como una final”.

–¿Sobra mentalidad ganadora?

–El estar convencido de la cabeza hace que cada uno muestre su máximo nivel. Quizá este equipo no juega muy lindo pero moja la camiseta como tiene que ser y eso nos está dando frutos. Venimos por el buen camino. Desde el presidente hasta el cuidador de las canchas, son toda gente muy seria y responsable, todo suma para estar donde estamos.

El objetivo primero era sumar 25 puntos en el Inicial. Con la victoria ante la Crema, la marca se alcanzó. “Ahora hay que tratar de mantener el nivel, no ser irregulares y poder jugar cualquier partido de la misma forma, con nuestro sistema”, explica el ex Marítimo de Portugal. Y cita algunas claves del equipo: “Primero hay mucha humildad en el grupo; segundo, el sacrificio de todos a la hora de jugar y tercero la efectividad. Por ahí no atacamos mucho pero somos contundentes. Estaba viendo un diario donde dice que tuvimos seis situaciones claras y metimos tres, eso es muy importante”.

Víctor Aquino está feliz. Disfruta de un paseo por Carlos Paz junto a los suyos. Esta vez la pesca, su hobby, ha quedado para otra ocasión. “Estoy cómodo en Córdoba. La ciudad es bastante linda, es muy tranquila y yo trato de ir a lugares tranquis. Suelo ir a un shopping (Paseo Rivera) y la paso bien”, cuenta y desde atrás se oye la voz de su mujer.

–El tema es que no te hagan gastar...
–Ja, ja. Ella sabe cómo soy, yo no tengo problemas, nada más que se tiene que medir.

El paragua queda en silencio. Como cuando reza. El discurso en Belgrano no cambia, pero la realidad pareciera golpear la puerta de todos.

–El objetivo de ustedes está claro. Pero a Dios, aunque sea en secreto, algo más le debes pedir...
–No pensamos tanto en eso, vamos paso a paso. La idea es ir viendo cada partido y jugarlo como una final. Pero no te niego, a Dios algo del campeonato le digo.
Víctor toma aire. Mira las montañas y enfoca la más alta de todas. Él quiere trepar y ver, junto con Belgrano, el mundo desde allí. Es cuestión de tiempo. Y de creer, sobre todo de creer.

Se lo había pedido el Ruso Zielinski

El gol de Víctor Aquino y el segundo de Jorge Velázquez vinieron con remates de larga distancia. Y el propio Aquino explicó que las dos primeras conquistas no fueron producto de la casualidad o el azar.

“Lo veníamos hablando en la semana. El Ruso (por el DT Ricardo Zielinksi) me pedía que le pegara de cualquier lado porque es una cancha chica y yo probé”, contó el delantero y analizó su gol: “Tuve mi cuotita de suerte, el arquero falla a la hora de tapar y entró”.

Lejos de perderse en las luces que genera todo gol, Aquino admitió que la conversión cambió el panorama del partido. “El gol vino justo, no estábamos jugando bien y sirvió para tranquilizarnos. Aprovechamos que estaba mal parada la defensa, después manejamos bien el partido”.

El paraguayo también resaltó la armonía grupal que existe en el plantel. “Uno está muy cómodo, me integré rápido y así todo se hace más fácil. Todos tiramos para el mismo lado y eso se nota”, terminó por decir Aquino.

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COMENTARIOS

Usuario: Anonimo
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Usuario Registrado Pirataobs - 201.253....
vaamos paraguaa viejo nmas
05/11/2012 11:48

 
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