Todo a lo grande. La hinchada de Belgrano exhibió, alternadamente, tres banderas gigantes que cubrieron casi toda la popular Luis Fabián Artime.
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Fue sobre el final del partido, cuando el 3-1 ya tenía sabor a cosa juzgada, después de algunos “oles” (¡sí, oles!) que entusiasmaron como nunca al hincha pirata.
Claro, es que después de semejante segundo tiempo, de arrollar a Boca y de seguir prendido en la lucha por la punta, no son pocos los que ya se animan a soñar con una postal inédita para la mayoría de ellos: un Belgrano levantando la copa y ensayando una vuelta olímpica que corte esos infernales 26 años de sequía de títulos.
Algo está cambiando. Por eso, con el 3-1 consumado, un hincha de la “B” que bajaba presuroso para escaparle al embotellamiento post partido, preguntaba si ya había empezado Newell’s-Vélez.
¿A quién le importa ahora Unión, Quilmes o San Lorenzo? En el nuevo mapa celeste, los verdaderos “partidos de seis puntos” son ante rivales como el de ayer, por más que los jugadores y el propio Zielinski se nieguen (¿por cábala?) a exteriorizar otro objetivo que no sea el de zafar del descenso.
Mientras tanto, el hincha celeste ya va ensayando el cambio de chip, se anima a pedir a Olave a la selección, a tildar a la “12” de Boca de “pecho frío” y, también, a asegurar que “Belgrano es lo más grande del fútbol nacional”. Está claro que, entre tanta lucha táctica y estratégica, a Belgrano le viene bien una sola: la del agrande.
Fuera de juego
Sobre llovido, mojado. El mal tiempo hizo dudar hasta último momento sobre la realización del partido de reservas. Al final, los clubes convinieron jugar en el Kempes pero también revisar la decisión si la lluvia se hacía más copiosa.
En el entretiempo se inspeccionó el campo y las autoridades de la Agencia Córdoba Deportes le bajaron el pulgar a la continuidad del juego.
“No es justo. Lo paran ahora que están ganando 2-1. Para esto no lo hubiéramos empezado”, se quejó el delegado xeneize cuando el árbitro informó que no se reanudarían las acciones. “Yo soy el dueño del estadio y me hago cargo”, dijo Ricardo Baffaro, del ente provincial que administra el escenario mundialista. El ex Instituto Kevin Genaro abrió el marcador para la visita, y Lucas Zelarrayán y Nicolás Ferreyra dieron vuelta el marcador para la “B”.
Volvió Luciano Lollo. El defensor de Belgrano, ya recuperado de una lesión, jugó el preliminar. Fue su debut en la temporada.
Retraso para todos. El mal clima también les jugó una mala pasada a los periodistas del “Fútbol para Todos”, que no pudieron volar desde Buenos Aires a Córdoba en los tiempos previstos. Por este motivo, en algún momento se llegó a especular con la postergación del arranque del encuentro. “No sería serio”, opinó un directivo belgranense.
Con esos colores, no. El policía se puso firme e impidió que el reportero gráfico ingresara con su coqueto paraguas al campo de juego. El accesorio fue bochado por combinar el azul y el blanco identificatorios de Talleres.
Viatri se hizo escuchar. Cuando la delegación boquense llegó al Kempes, el delantero hizo retumbar las zona de vestuarios con los ritmos de cumbias que salían de su equipo de música.
Cambio de planes. Ninguno de los dos arqueros respetó el uniforme que habían declarado en la AFA el martes pasado. Olave prefirió el verde al negro para su buzo y Orión, que iba a jugar todo de gris, pateó el tablero y metió buzo celeste, pantalón negro y medias negras. Los clubes recibirán multa por estas variantes.
