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La alegría sigue siendo color celeste

La Voz del Interior | 30/07/2012


Cuando el árbitro Saúl Laverni pitó el final del partido, pareció explotar el Mario Kempes
Cuando el árbitro Saúl Laverni pitó el final del partido, pareció explotar el Mario Kempes
Miles de banderas celestes y albiazules. El padre tomado de la mano con el hijo caminando, como en una peregrinación, hacia la cancha. Un grupo de amigas vestidas para la ocasión: camisetas con los colores del club de sus amores, bien pegadas al cuerpo, dejando ver entre tanta ropa un poco el ombligo. Los amigos que se juntaron a comer un “asadazo” y enfilaron para el estadio. Gorritos. Papelitos. Bombos. Fuegos artificiales. Emoción. Alegría. Bronca. Todo eso se vivió ayer en el Estadio Mario Alberto Kempes. Fue una fiesta el clásico cordobés, que se volvió a jugar luego de tres años. Además, hacía seis años que no se disputaba con las dos hinchadas. Además, no hubo incidentes que lamentar y todo transcurrió con normalidad.

Por momentos se movía el Kempes. Las 52 mil personas que desafiaron el fin de mes, el frío y el temor a las cargadas, asistieron a un espectáculo que no reconoce categorías. Que Belgrano sea de Primera División y Talleres juegue en el Torneo Argentino A no se notó en las tribunas. Las dos hinchadas alentaron a su equipo y se acordaron de su eterno rival permanentemente. 

En el campo de juego, cuando el Pirata apretó un poco el acelerador le alcanzó para superar a la “T” por 1 a 0. El gol de Lucas Melano desató la locura y el alivio del simpatizante de Belgrano. Locura porque significaba ganarle al clásico rival. Alivio porque una derrota ante la “T”, y hasta un empate, hubiera significado una cargada incalculable de los albiazules que perduraría por seis meses, al menos, porque se anuncia que en enero se jugará la revancha de la Copa Amistad.

La alegría sigue siendo toda celeste. Porque, a una semana del debut en el Torneo Incial de Primera División ante River Plate, demostró por qué juega dos categorías más que Talleres, que en 30 días estará debutando en el Argentino A.

El chico de la copa

Hasta los 19 minutos del segundo tiempo estaba complicado definir al ganador de la Copa Mundo D por ser el mejor jugador del clásico cordobés. Pero en ese minuto, se juntaron los petisos de Belgrano y clarificaron todo. Entre Martín Zapata, César Carranza y Lucas Melano, autor de la conquista, se las ingeniaron para armar la jugada que derivó en el único gol.

Lucas tiene apenas 19 años y ya se ganó un lugar en la historia de los clásicos. Cuando tenía 16 años se jugó el último Talleres-Belgrano (fue un 0-0 en la Boutique de barrio Jardín, por la B Nacional) y el atacante tenía apenas 13 cuando se disputó el Belgrano 2-Talleres 1, en 2006, con hinchadas de ambos clubes en las tribunas. Recién ayer se reeditó un partido con semejante marco, el más importante de los casi 100 años del clásico cordobés.

Hace rato viene pidiendo cancha Melano. Contra Banfield, por la 18ª fecha del Torneo Clausura y la última que se jugó de local, Belgrano ganó 3-1 con dos tantos del nacido en Hernando. Y ahora anotó este gol ante Talleres. Es casi una fija que contra River, el próximo domingo a las 19.15 en el Monumental, Lucas será titular.

“Estoy muy contento por el partido que hicimos. Ganar un clásico es siempre muy importante y si fue gracias a un gol mío, mucho mejor. ¿Si tengo que ser titular ante River? Uno siempre trabaja para jugar y la ilusión la tengo”, expresó en medio de los festejos el goleador y figura del clásico.

Un Kempes iluminado

Cuando el árbitro Saúl Laverni pitó el final del partido, pareció explotar el Mario Kempes. A la alegría del pueblo celeste se le sumaron los fuegos artificiales que iluminaron una noche fría por lo que marcaban los termómetros, pero caliente por todo lo que se jugaba, más allá que era un amistoso de pretemporada. Mientras los futbolistas del Pirata festejaban con las copas ganadas y junto a sus hinchas, los de Talleres se iban resignados, pero con la frente en alta porque le hicieron fuerza a un equipo de Primera.

El clásico cordobés, tres años después, fue una fiesta. Durante la semana y mientras se jugaba el partido. Cada hinchada quería gritar más fuerte para tapar a la otra. Hubo duelo de cantitos y las cargadas de Belgrano para los de Talleres se empezaron a circular por las redes sociales, y continuarán hoy en cada bar, oficina o reunión entre amigos.

Una vez más el marco fue mucho más importante que el cuadro (por el nivel que mostraron los futbolistas), pero todo transcurrió en paz. El clásico 387 fue para Belgrano, que ahora en el historial le lleva dos triunfos a Talleres. En el verano habrá tiempo de revancha, y ojalá en un tiempo no muy lejano sea en Primera División, por los puntos. 

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COMENTARIOS

Usuario: Anonimo
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Usuario Registrado majito_22 - 201.212....
que carnaval que locura q delirio hermosa tarde junto a vos mi cab te amo mas q a nada, sos lo mejor q puede existir volverte a ver me lleno el almaa y me dejo sin garganta tambien jajaja...
30/07/2012 14:03

 
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