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Belgrano: Papá Melano

Día a Día | 17/06/2012


Lucas marcó dos goles para el triunfo de Belgrano.
Lucas marcó dos goles para el triunfo de Belgrano.
El hombre está al final del pasillo. Apoyado contra la pared, las manos en los bolsillos. Mira con los ojos empañados a su hijo, que explica cómo hizo lo que hizo. El hombre está feliz pero no pierde la compostura: él ya vio el tercer gol de Belgrano. En otro tiempo. Hace muchos años. Y también lo convirtió su nene. Fernando Melano, padre de Lucas, mira y recuerda como todo se repite y se reinventa en la vida.

“Es una emoción muy grande verlo. No sólo para la familia, sino también para todo el pueblo de Hernando”, dice Fernando Melano, el pelo blanquísimo, las arrugas trazadas como los sembradíos donde su hijo corría para llegar a Primera. Ese pueblo que está dos horas en bondi (¿cuántos habrá tomado Lucas?), a unos 157 km. de Córdoba Capital. Donde el maní es más papita que el loro. “Ahí nos conocemos todos. Anduvimos mucho antes de llegar acá y da mucha felicidad”, agrega. Pero nada es tan fácil. No se llega a los flashes sin pasar por la oscuridad.

Al delantero de Belgrano, 19 años, gringo de campo le tiembla la voz. A a su viejo también. Y se pierde en el pasado para explicar por qué no exterioriza su alegría. Aunque por dentro explote de emoción.

“Recuerdo una final en el pueblo. Él jugaba para Independiente de Hernando en un campeonato regional e hizo unos goles. Y uno fue muy parecido al segundo que hizo hoy (por ayer). Es increíble, pero se pareció mucho”, confiesa Fernando y encuentra a Romina, su esposa, la responsable de parir a un flaquito lleno de sueños. Que debutó ante Sacachispas, por la Copa Argentina, y allí, sin que nadie lo sepa, prendió la mecha de querer y poder, de buscar y encontrar. El pibe habla feliz. “Es muy lindo hacer dos goles y encima dar vuelta el partido. Es un sueño pero para cumplirlo hubo que trabajar mucho. Y hay que seguir trabajando para cumplir varios más. Apenas entraron las pelotas, no sabía cómo festeja”, cuenta el futbolista que definió con clase, primero de cabeza, después con el pie.

Como en la plaza. Cuando la pelota tocó dos veces las red, a él se le vinieron las buenas y las malas a la cabeza. “Aparece la familia y los amigos que siempre te bancan. Todo lo que hiciste para estar acá”, dice y levanta la cabeza. Sí, en sus ojos aparecen la plaza del pueblo o el club donde gritó goles hasta que cayera la tarde. “Me encantaba jugar ahí, siempre me gustó jugar a la pelota todo el día”, concluye con ganas de ir abrazar a los suyos.

En su día, papá tiene el mejor regalo. Habrá asado, miradas cómplices. Ellos ya habían vivido aquel gol y no contaron nada. Un secreto de padre-hijo, que le dicen.
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Armar el bolso para volver a empezar
Buenos Aires está lejos. Muy lejos de los afectos. Tiene ganas de quedarse porque persigue un sueño con nombre propio: jugar al fútbol de verdad, en serio. Pero la realidad es dura con él. “Conseguite donde vivir porque no hay pensión para vos ni podemos mantenerte”, le dijeron desde Vélez a Lucas Melano. Sintió el mundo estallándole encima.

“Fue muy duro. Una época muy brava. Tenía 16 años y era difícil para mí. Recuerdo que no tenía dónde vivir y tuve que armar el bolso solito, no me olvido más”, cuenta el delantero Pirata que juega con la 3 en la espalda y ayer gritó sus primeros goles en Primera.

Sí, pese a la buena de ayer, el joven no olvida aquellos tiempos que lo hicieron madurar de golpe. 

“Fue duro pero uno aprende a luchar con lo que hay al frente y a saltar esos problemas”, agrega y en su rostro pueril donde se nota que hubo dolor.
Por eso, no deja de mencionar a su padre, clave para que el no abandonara y siguiera luchando.

“Él me dijo que me viniera. Siempre estuvo conmigo llevándome para todos lados. Igual mi mamá (Romina) que me apoyó siempre. Me dijo que me vuelva. Armé el bolso y me vine solo. A los días ya estaba en Belgrano”, rememora Lucas, agradecido.

A un costado, la madre parece salir de la timidez y agrega: “Siempre lo acompañamos, es lo que le gusta y ojalá pueda seguir creciendo”, dice choca de la vida. Pero papá tiene los pies sobre la tierra: “Hay que estar tranquilos. Debe seguir por esta senda pero saber que esto es largo y requiere sacrificio”. Sí, lo sabe Lucas que debió armar el bolso y buscar nuevos horizontes.

LIMBO, PARA VOS. lo festejó con todos. Pero con Alejandro Lembo más todavía. “En el banco me dijo que iba a entrar y hacer un gol. Por eso, fui a agradecerle su buena onda y nos abrazamos”, explicó el delantero Celeste.

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COMENTARIOS

Usuario: Anonimo
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Usuario Registrado majito_22 - 190.189....
grandee pequeño gringo q promete muchoo!...futbol del bueno!...
17/06/2012 19:42

 
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